.............................................................................................
(Narra Ally)
Evie y yo estábamos jugando a las cartas intentando despejarnos
de todo cuando nuestra puerta se abrió de repente. Aparecieron tras ella dos
personas a las que no queríamos ver en ese momento. A las que no deberíamos ver
en ese momento. Harry y Niall entraron con rostros serios a la habitación. Evie
suspiró sorprendida mientras que yo me levanté y reaccioné al instante. Evie
tardó unos segundos en levantarse también.
-¿Qué hacéis aquí?- pregunté yo.
-Queremos saber que os ha pasado para que de repente todas
vosotras no queráis saber nada de ninguno de nosotros- dijo Harry entrando en
la habitación.
Niall no paraba de mierame
y eso me molestaba algo.
-No ha pasado nada. Simplemente no queremos saber más nada
de vosotros- dije yo tajante.
-Harry yo ya te he explicado mis razones- dijo Evie.
-¿Qué no confías en mi es una razón? Yo creo que es más bien
una excusa. Quiero saber la verdad.
-Todos queremos saber la verdad- dijo Niall que parecía
haber despertado de su trance.
-La verdad es esa. No queremos saber más nada de vosotros-
mentí pero es lo único que podíamos hacer. Esto estaba siendo suficientemente
duro e incómodo.
-No os creemos- dijo Niall.
-Eso es vuestro problema- murmuró Evie mirándo al suelo.
Estaría concentrándose para no ponerse a llorar ahí mismo. – Lo único que las
chicas y yo queremos es que nos dejéis tranquilas.
-Eso, queremos que rehagáis vuestra vida- eso me costó mucho
decirlo. Demasiado. Miré a Niall al instante que me observaba con los ojos
azules cristalizados. – Nosotras reharemos la nuestra.
-No nos entrometeremos en vuestro camino y vosotros tampoco
os entrometeréis en el nuestro- dijo Evie entonces.
-¿Por qué todo este cambio, Alison? ¡Me lo puedes explicar!
– me gritó Niall. – Yo te quiero. Te quiero más que a nada. Me pides que rehaga
mi vida pero ¡no puedo! No quiero una vida si no es contigo. Ally por favor no
me hagas esto.
No pude aguantar más. Al borde de las lágrimas estaba. Todo
esto era demasiado duro y Niall era mi mayor debilidad. Odiaba verlo así. Todo
esto me superaba.
-Lo siento- murmuré. No podía decirle otra cosa. No quería
volver a mentirles solo deseaba que nos dejaran en paz.
-Por favor, olvidaros de nosotras- pidió Evie. – Sois
famosos, podéis tener a cualquier chica. ¿Os vais a interesar por cinco chicas
normales? Hay chicas mucho más guapas, inteligentes y con más talento que
nosotras.
-Sí, tienes razón, Evelyn- dijo Harry. Le había agarrado de
las manos y levantado el mentón para mirarle a la cara. – Las hay, pero esas
chicas no son tú. Yo solo te quiero a ti.
-Mira Harry, estoy cansada de tanto drama en vida. Os ruego,
os sulpico que nos dejéis en paz- dijo Evie.
-Si eso es lo que tú quieres así será- dijo Harry enfadado.
Salió por la puerta minutos después pero Niall aún permanecía en la habitación.
-Alison, te quiero y nunca me olvidaré de ti. Si alguna vez
quieres verme, llámame. Me da igual que lo hayamos dejado siempre te voy a
seguir queriendo- y salió por la puerta tras su amigo.
Evie y yo nos tiramos a llorar a la cama con el corazón hecho
trizas.
(Narra Laia)
Tumbada en mi cama, leyendo un libro, estaba cuando mi
puerta se abrió de repente bastante bruscamente. Podían haber sido las chicas.
Podían haber sido cualquier profesor o cual quier otro participante. Podía
haber sido cualquier persona que se encontraba en ese enorme hotel pero, sin
embargo, la persona que había entrado por esa puerta era la que pensaba que no
iba a volver a ver. Liam tenía cara de enfadado y sin nisiquiera mirarle sabía
perfectamente lo que iba a decirme. Aún así me hice la tonta y pregunté.
-¿Qué se supone que estás haciendo aquí?- le pregunté
intentando mantener un tono de enfado en mi voz.
-Es evidente que no me iba a conformar con que me dejaras
por teléfono. Quiero un explicación- me pidió mientras se acercaba a mi. Yo me
había incorporado y levantado d la cama.
-Y yo quiero que me dejes tranquila- dije con un tono de
sarcasmo.
-No lo voy a hacer a no ser que tenga una explicación
coherente- me explicó mientras me agarraba de los hombros, no muy fuertemente.
- ¿Qué ha pasado para que me dejes, para que nos dejéis a todos de la noche a
la mañana?
-Pues hemos pensado que no sería bueno para nosotras
relacionarnos con vosotros- fue la primera excusa que se me había pasado por la
cabeza.
-¿Y eso por qué?- dijo Liam cruzándose de brazos.
-Vuestras fans nos odiarán y no queremos ser conocidas por
vosotros. Nosotras mismas queremos destacar- dije. Cada vez me creía más que mi
mentira se desmonoraría en un momento dado.
-Podemos salir en secreto. Sin que nadie nos vea. – propuso
Liam como alternativa. – Laia, yo no quiero que lo nuestro termine. Yo te
quiero ¿lo sabes verdad?- me dijo más cariñosamente. Me acarició una mejilla.
-Las relaciones secretas siempre salen a la luz, sobre todo
vosotros que sois ya muy famosos. Liam lo mejo será que me olvides. Que los dos
nos olvidemos de todo esto.
-Eso quiere decir que aun sientes algo por mi ¿verdad?- me
dijo con un ápice de sonrisa.
-No importa lo que yo sienta. Tenéis que olvidarnos. La
relación One Direction- Dreamer Girls estaba condenada al fracaso desde el día
que nos conocimos. Vosotros sois posiblemente la boyband más conocida en estos momentos
en el mundo y nosotras aún estamos empezando.
-¿Y eso qué más da? Nosotros os queremos y hemos dejado en
Londres compromisos solo para venir a solucionar esto.
-Pues te pido perdón por haceros perder el tiempo pero
ninguna de las chicas va a cambiar de opinión.
-¿Y tú?
-Yo tampoco, Liam.
-Está bien. No sé que te pasa conmigo pero me gustaría
quedar como amigos ¿quieres ser mi amiga?
-Vale. Me encantaría- sonreí por primera vez en varios días
gracias a Liam. En el fondo me dolía mentirle pero él era tan bueno. Había
aceptado todo tan bien. Desde luego era un sol de chico.
-Llámame cuando estéis en Londres.
-Eso está hecho.
Se alejó de mi, entonces y abrió la puerta. Se giró.
-Mucha suerte- me deseó.
-Gracias, muchas gracias, Liam- le agradecí antes de que
saliera de m habitación.
(Narra Rebeca)
Louis y yo no hacíamos más que gritarnos el uno al otro en
vez de hablar como la gente normal. Él estaba enfadado con nosotras y a mí eso
me repateaba mucho.
-¡Por qué hacéis todo esto! No entiendo nada, Rebeca- me
gritó.
-No hay nada que entender, Louis. Todo esto es muy sencillo.
¡Olvidadnos!- grité aún más fuerte.
-¡De verdad quieres eso! ¡De verdad quieres que te olvide! –
me dijo agarrándome de las muñecas y levantándome los brazos mientras me aplastaba
prácticamente contra la pared. De un momento a otro estábamos demasiado cerca.
-Si- susurré algo nerviosa.
-No te creo- me susurró entonces.
Se acercó un poco más a mí y por fin sus labios chocaron
contra los míos de una manera algo salvaje. No sé si era amor contenido o
pasión desbocada pero estuvimos así, comiéndonos los labios literalmente hasta
que yo me aparté acordándome de todo. Le di una cachetada en la cara aunque
interiormente no quería hacerlo. Louis volvió a enfadarse.
-¡ Olvídame! – le grité y me giré para volver a mi cuarto.
-Loca, que eres una loca. Imbécil- me gritó Louis pero yo no
le hice caso. Miles de lágrimas se derramaron entonces por mi cara.