Capítulo 58 '' La cita ''

Bueno aquí os dejo el siguiente capítulo! Espero  que os guste! Gracias por todos vuestros comentarios y por vuestro apoyo. Comentad mucho y subiré pronto el siguiente! OS quiero XX
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(Narra Evie)

Después de que Rebeca me despertara y de comer algo ella y yo fuimos de compras por Los Angeles. Aun que quería pensar que esto no lo hacía por Harry en realidad estaba deseosa por encontrar un vestido para la ocasión. No sabía si era una cena informal o formal por eso no tenía ningún vestido en mente.

-¿Qué te parece esa tienda de ahí?- me gritó Rebeca señalando un Zara.

Entramos y cada una escogimos unas cuantas camisetas y unos cuantos pares de pantalones. Antes de ir a probárnoslos visitamos la zona de vestidos. No había ninguno que me convenciera hasta que Rebeca se acercó con un vestido negro en sus manos. Era muy sencillo. Era de palabra de honor y tenía un cinto plateado por la cintura.

Me lo probé mientras que Rebeca esperaba para verme. Antes de mostrárselo me miré en el espejo. La verdad es que era bastante ajustado y me quedaba por encima de las rodillas. Corrí las cortinas para mostrárselo.

-Tía, ¿tú quieres que Harry babée contigo verdad? – me preguntó riéndose. –Te queda genial.

-Me queda bastante ajustado. No sé… no es mi estilo.

-Evie, enserio. Estás genial, tía. Que envidia.

-Gracias- reí y volví al probador para quitármelo.

Salimos de la tienda con tres bolsas cada una. Ahora que había encontrado el vestido tenía que comprarme unos tacones a juego.

-Bec, no estoy acostumbrada a llevar tacones, no me gustan.

-Tonterías, te quedarán genial. A demás así no serás tan bajita como siempre te estás quejando.

-Bueno, venga vale. Elígemelos tú pero que  no tengan mucho tacón que a lo mejor aún me caigo.

Miramos varias zapaterías pero en ninguna nos convencía lo que veíamos hasta que entramos en una donde había unos tacones que llamaron la atención de Rebeca.

-Estos son perfectos- me dijo señalándolos.

-¿No son muy altos?- le pregunté mientras sonreía nerviosamente. Nunca me habían gustado los tacones.

-Bobadas. Pruébatelos.

Me senté en una silla y me los probé. Intenté caminar un poco con ellos pero se me hacía muy raro hasta que le pillé  el truco. Al final me los acabé comprando. Eran las 6 cuando nos sentamos en la terraza de un bar a tomar algo. A las 7 apróximadamente empecé a preparándome co ayuda de Rebeca.

-No me maquilles. Me haré solo la raya en el ojo y nada más- le dije.

-Ponte un poco de gloss en los labios. Toma- me dio el suyo.- Sabor a fresa.

-Nah, prefiero el mío que es con sabor a menta- le die riéndome. Ella  me miró extraña.

-Soy rara para los sabores. El de fresa me recuerda al fluor que tomaba de pequeñita. Me dan ganas de vomitar.

-Que rara eres Miss Charming- me dijo moviéndo la cabeza.

-Lo sé.

Entre que bromeamos un poco y que me acabé de arreglar dieron las 8 menos 15. A las 8 en punto llamaron a la puerta. Rebeca fue a abrir y Harry dio un paso adelante. Iba con su look habitual pero más arreglado. Americana negra de esmoquin camiseta blanca por debajo con pajarita incluida y unos pantalones caquis con unos zapatos.

Me quedé como una tonta viéndolo entrar porque la verdad es que iba muy guapo. Tan tonta estaba que no me di cuenta de que Louis también había entrado detrás de él.

-Vaya, Evie, que buena estás- dijo Louis mientras me observaba. Desperté de mi trance. – Has dejado a Harry tonto- dijo riéndose aun mas fuerte. Rebeca también empezó a reírse.

Yo miré a Harry la verdad es que no me quitaba el ojo de encima y eso me ponía demasiado nerviosa. Louis lo sacudió para que dejara de mirarme. La verdad se lo agradecí mucho.

-¿Qué pasa tío?- le gritó Harry a Louis.

-Que estabas atontado- le gritó este.

-Ah, vale- se puso algo colorado. Volvió a mirarme después de eso. – Em… ¿Nos vamos?- dijo nervioso.

-Sí, claro. Hasta luego, chicos- salté encima de Louis y Rebeca al mismo tiempo con cuidado de no caerme por los tacones.

Harry me agarró por la cintura y salimos de la habitación.

-Estás preciosa- murmuró al salir.

-Oh, gracias pero este no es mi estilo- le dije sonriendo.- Rebeca insistió bastante- reímos los dos.

-Te noto muy diferente pero me gustas igual- dijo en ese momento como si nada. ¿Dónde habían quedado sus nervios?

-Serán los tacones. Ahora soy algo más alta pero sigo siendo la más bajita- dije riéndome.

-Preciosa de todas maneras- dijo y no pude evitar sonrojarme. Ahora la que estaba nerviosa era yo.

Salimos del hotel y el mismo coche que nos había traido del aeropuerto nos esperaba fuera. Nos montamos y cerca de las 8 y media aparcó delante de uno de los restaurantes más visitados de Los Angeles.

-Harry, no hacía falta venir a este sitio- le dije mientras salíamos del coche.

-Tonterías. Siempre que vengo a esta ciudad vengo a este restaurante.

Acepté entrar de muy malas maneras. No me gustaba que la gente se gastara tanto dinero por mí. El metre al ver a Harry sin este decir nada nos indicó una mesa apartada de todas las demás. Empezamos a cenar contándonos tonterías. La verdad es que la cena se me hizo muy corta ya que cuando quise darme cuenta ya estábamos en el coche de vuelta pero con diferencia de que ya eran las 10 de la noche.

-¿Adonde quieres ir ahora?- me preguntó Harry con su preciosa sonrisa.

-Sorpréndeme- le contesté haciéndome la interesante.

-Genial- dijo entonces.

Le indicó a la persona que conducía un sitio que no logré escuchar y cuando el coche se detuvo los dos nos bajamos. Harry llamó entonces aun taxi y el chico que conducía se marchó en él mientras que nos dejó el coche a nosotros.

Miré a mi alrededor y me fijé que estábamos en medio de los árboles. Harry me agarró fuertemente de la mano y tiró de mí arrastrándome hasta que llegamos a un sitio que yo bien conocía. El letrero de Hollywood. Tantas veces lo había visto en películas y ahora estaba frente a él. Miré a Harry sorprendida.

-No se puede estar aquí- le dije mientras tiraba de él hacia atrás. Fue imposible moverle.

-Nadie se va a enterar.

Saltamos las verjas y nos tumbamos delante de las letras para ver las estrellas. Estuvimos un momento en silencio.

-¿Qué te ha parecido esta cita de amigos?- me prguntó resaltando el ‘’amigos’’.

-Me ha gustado mucho. Me lo he pasado muy bien- le dije sonriendo. No podía quitar la estúpida sonrisa de enamorada de mi cara.

-Entoces ¿Qué me dices?- me preguntó inclinándose sobre mí.

-¿Sobre qué?- estaba muy nerviosa en ese momento.

-¿Quieres ser mi novia?- me preguntó sin más.

-¿Qué?- abrí muchísimo los ojos. – Harry, ¿te das cuenta de lo que estás haciendo? Me estás pidiendo ser tu novia. Algo formal. Una relación seria.

-Sé perfectamente lo que he dicho Evelyn. Quiero que seas solo para mí. El imaginarte saliendo con otro tío me pone mal, muy mal. Estoy enamorado de ti y quiero que seas mi novia.

Me quedé pensativa durante mucho tiempo pero no pude evitarlo más. Le besé yo antes de contestar. Quería asegurarme de que lo que sentía por él era amor. Y lo comprobé. Yo también estaba enamorada de él. Nos separamos unos minutos después suspirando fuertemente.

-Sí, quiero ser tu novia- le dije suavemente. Su cara mostró una enorme sonrisa y luego me volvió a besar. Esta noche era la mejor de mi vida, sin duda.