(Narra Evie)
Cuando las chicas llegaron yo aún estaba despierta.
Compartía habitación con Ally pero todas habían venido para ver como estaba.
Eran unos cielos la verdad.
-¿Qué tal la noche chicas?- les pregunté acomodándome en mi
cama. Ya estaba en pijama y lista para dormir solo que no daba conciliado el
sueño.
-Bien- contestó Laia.- La cosa es ¿qué tal tú noche, Evie? –
supongo que se referiría a Justin y Harry.
-Fatal- dije casi apunto de derramar la primera lágrima.
-Ei, no me llores ¿eh?- me dijo Fly acariciándome la cara.
-Es que es frustrante- dije algo harta ya de todo.- Ya sé
que llevamos a penas un par de meses juntos pero me conoce desde hace ya casi
dos años y sigue desconfiando de mí.
-Tienes razón, Evie. Toda la del mundo pero enfadándote así
no consigues nada. Es mejor que hables con Harry y aclares todo.
-¿Y qué le digo? Es que ¿sabes? Él también es muy terco,
tanto como yo. Además ya tiene a otra amiguita. Odio que me haga esto solo por
este bache que estamos pasando.
-Yo no entiendo como ese cazurro puede pensar que entre tú y
Bieber puede haber algo si nisiquiera os conocéis- comentó Rebeca. Tenía
muchísima razón. Yo no saldría con Justin nunca y no porque no me pareciera
guapo si no porque no podía verlo más que como a un amigo y antes que nada era
mi ídolo. Además yo estaba muy enamorada de Harry.
-Tienes que hablar con él, Evie- me repitió de nuevo Fly.
Consiguieron convencerme y me vestí a la velocidad de la
luz. En cinco minutos estaba más o menos decente para andar un par de calles
hasta el hotel de los chicos. Me despedí de las chicas y salí por la puerta.
Eran las 4 de la mañana aproximadamente y me arriesgaba a que Harry no me
abriera la puerta pero por intentarlo no perdía nada. Después de todos
regresábamos mañana a Londres justo a tiempo para seguir con nuestra pequeña
gira. Nada más aterrizar en Londres cogeríamos nuestras maletas para volar
hacia Dublín.
Llegué al hotel de los chicos y subí hasta la planta donde
se encontraban. Ninguno compartía habitación por lo que no sabía muy bien a
cual de ellas tocar. Pero entonces recordé que Harry me había mandado el número
de la suya por SMS. Lo leí y me dirigí
inmediatamente hacia esa. Llamé dos veces solamente pues Harry me abrió casi
instantáneamente. Se sorprendió bastante al verme. Él estaba medio desnudo algo
que no me extrañaba ya que así iba por casa.
-¿Evie?- se sorprendió.- ¿Qué haces aquí?
-Venía a disculparme por lo de hoy. Sinceramente mi
intención no era molestarte abrazando a Justin. Sabes perfectamente que es mi
ídolo…- mi pequeño discurso fue interumpido por una voz femenina proveniente de
la habitación.
Al principio me extrañé pero luego me enfadé. Era la chica
de la fiesta. Cassy. Me entraron unas enormes ganas de llorar. Harry me miró
muy preocupado pero eso me daba completamente igual. Me había traicionado. ¡Qué
irónico! Él pensaba que lo iba a engañar yo y va y el que me engaña resulta ser
él. ¡Qué hipócrita!
-Evie, espera- me dijo cuando vio que mi intención era
retirarme de allí.- No es lo que tú piensas.
-¿Perdona? ¿Qué no es lo que yo pienso? ¿Pero te crees que
soy tonta? Me abres medio desnudo y bastante nervioso. Y luego está la chica de
antes aquí ¿Qué no es lo que yo pienso? Ni siquiera intentes negarlo. Eres un
hipócrita y no quiero volver a saber nada de ti. Olvidame- le grité mientras me
marchaba derramando las primeras lágrimas.
Bajé corriendo las escaleras y el resto de mi corta
trayectoria corriendo. Llegué a mi habitación llorando un mar de lágrimas que
Ally intentó borrarme pero sin conseguirlo. Acabé durmiéndome profundamente
mientras me prometía a mí misma que nunca más lloraría por un tío como Harry.
Nunca.
(Narra Harry)
Cuando Evie se marchó sin que yo pudiera hacer nada me sentí
fatal. Más que eso. Pero tenía claro que yo no había hecho nada. Cassy solo
había pasado a recoger su bolso que por un descuido se había olvidado en mi
coche cuando fui a dejarla en su casa. Desde luego no había pasado nada y no
porque ella no lo intentase si no porque yo la había frenado. Solo había podido
pensar en Evie en toda la noche. Quise darle celos con ella pero al final me
los dio ella a mí con Bieber cuando la vi marcharse con él. ¿Por qué la tuve
que dejar marchar con él?
Y ahora estaba en el cuarto de Louis contándole todo lo
sucedido mientras él asentía con la cabeza. Es que no podía parar de recordar
la carita que se le había quedado a mi pequeña por culpa mía. Es que no la cago
más porque no puedo. Soy un imbécil.
-Harold, lo mejor que puedes hacer ahora es dormir.
Descansar para mañana ir a explicarle todo a Evie- me aconsejó él. Pero, ¿cómo
iba a pensar yo en dormir cuando no podía parar de pensar en Evie?
-No puedo dormir así Louis. Me dijo que la olvidara. Es que
no puedo joder. La he cagado completamente. Ella venía a disculparse por nada
¿sabes? Soy yo el imbécil que se enfadó por verla junto a su ídolo. Y justo
cuando venía a solucionarlo todo voy yo y lo estropeo totalmente.
-Hazza, no arreglas nada poniéndote así. Tienes que
relajarte y descansar. Te vendrá bien. Y mañana nada más levantarte vas a su
hotel y te disculpas y te explicas con ella. Estoy seguro de que si se lo
explicas como a mí te perdonará- no pude evitarlo. Empecé a llorar como ujn
niño pequeño.- Oh, no llores, hombre- me consoló Lou.- Venga, ahora vas a ir a
tu habitación y vas a dormir ¿vale?
Asentí lentamente y me fui a mi habitación. Me metí entre
las sábanas y entre lágrimas conseguí dormirme.
(Al día siguiente)
Me levanté aproximadamente a las 12 de la mañana. Me había
quedado dormido muy tarde porque la mitad de la noche me la había pasado
llorando por lo ocurrido. Me vestí rapidísimamente y bajé corriendo hacia el
hotel donde se alojaban las chicas.
Vi un coche parecido al que las llevaba a ellas ayer para
los premios pero no me preocupé. Las chicas según Louis salían por la tarde.
Me dirigí hacia recepción donde le pregunté a una señorita
si la habitación de Evie y ally había sido ya limpiada. Ésta me contestó
afirmativamente por lo que supuse que las chicas ya estarían despiertas.
Subí en el ascensor repasando todo lo que le tenía que decir
a Evie pero me había un lío yo solo. Cuando el ascensor se detuvo caminé hacia
donde estaría ella. Toqué la puerta y salió una señora de la limpieza. Me
extrañé.
-Perdone, ¿Dónde están las chicas de esta habitación?- le
pregunté muy nervioso.
-¿Las chicas? Ah, se han ido ya del hotel.
-¿Sabe usted cuando volverán?
-No lo sé. Se llevaron ya todas sus pertenencias.
Y me sorprendí. ¿No era que se marchaban por la tarde? Llamé
inmediatamente a Niall. Seguro que él sabía algo.
-Tío, ¿Cuándo se marchaban las chicas?
-Por la tarde pero han tenido que adelantar su vuelo. Ya
estarán de regreso a Londres- me contestó.
-¿Cómo?- grité. Solté el móvil que calló al suelo segundos
después.
Estaba enfadado, frustrado, triste, furioso… De todo menos
bien. Quería romper algo. ¿Por qué las cosas me tenían que salir así?
Regresé al hotel casi llorando. No sabía como arreglar
las cosas con Evie. Nosotros teníamos
que coger un avión hacia Italia hoy por la tarde, también. Así que no tenía ni
idea de cuando podría hablar con Evie. Porque estaba claro de que no me iba a
atender por móvil y a pesar de mucho suplicar a Simon no me iba a dejar ir por
lo menos un día a Londres. Además ellas empezaban su pequeña gira. Todo era muy
frustrante. Todo era un asco.
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