Cinco chicas que cumplen su sueño gracias a un concurso. Conocen a One Direction y triunfan en el mundo musical. ¿Qué más podrían pedir? Eso es lo que se preguntan hasta que el destino pone unas cuantas piedras en su camino.

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viernes, 23 de noviembre de 2012

MARATÓN Capítulo 67 '' Reconciliación a la vista ''


(Narra Fly)
Una vez que todos habíamos actuado el escenario se combitió en un cementerio. Entraríamos de uno en uno a cantar la canción. Todos íbamos de zombies.
Empezó nuestra actuación. El primero en entrar fue Mario y luego fue seguido de Sandra y de Lyon. Luego entramos nosotras para dar paso al estribillo de la canción. Y entonces aparecieron ya todos los demás haciendo que 13 personas bailáramos en el escenario. No había bailarines añadidos. Solo estábamos nosotros.  Finalizamos la canción y vi como Mario se pegaba a Rebeca. Ésta no le dio importancia pero a mi no me gustaba que ese chico se tomara muchas confianzas con mi mejor amiga. En un momento dado me miró y le dediqué una mirada un tanto desagradable. Mario me sonrió. ¡Qué hipócrita era!
Abandonamos todos el escenario para dar paso al duelo de la noche que nos mostraría el siguiente expulsado de la noche. Nosotras no estábamos nominadas por lo que nos fuimos a desmaquillar.
Una persona llamó a la puerta.
-Adelante- gritó Rebeca.
En la habitación entró un chico con un ramo de flores enorme.
-Es para vosotras chicas.
-Oh, vaya- murmuró Ally.
Todas nos levantamos para ver la tarjetita y saber quien nos lo enivaba.
‘’ Nos ha encantado vuestra actuación, chicas. Seguid así de bien y ganaréis. Confiamos en que lo lograréis. Os echamos TODOS de menos. Os queremos. ‘’
One Direction
Me reí al ver el ‘’todos’’ en mayúsculas. Sabía que esto era cosa de Louis con respecto a lo ocurrido entre Harry y Evelyn.
-¡Que majosos!- gritó Rebeca.
-Son tan monos- dijo Ally.
Evie se mostraba desganada y con mala cara.
-Evie ¿estás bien? Tienes mala cara- le pregunté algo preocupada.
-No ha comido nada en todo el día, normal que tenga mala cara- dijo Ally mientras le echaba una regañina.
-Miss Charming, Alison tiene razón. Tienes que comer- le dijo Rebeca.
-No tengo hambre. No tengo ganas de hacer nada. Dejadme tranquila- nos gritó mientras se marchaba por la puerta.
Definitivamente esto no podía seguir así. Tenía que arreglar las cosas con Harry.
(Narra Evie)
No tenía ganas de hacer nada. Me había ilusionado mucho con nuestra actuación ya que iba a ser sobre Justin pero una vez echa mis pensamientos se volvieron a centrar en Harry. No habíamos hablado desde por lo menos 5 días. No se había despedido de mí y ni siquiera me había llamado. Odiaba sentir esta opresión en el pecho que me hacía respirar con dificultad. No quería depender de nadie pero era imposible. Estaba tan implicada con Harry que no podía evitarlo. Para ser feliz tenía que estar con él y ya no sabía si lo estaba. No sabía si habíamos roto.
Me encontraba en una de las esquinas del escenario observando como Sandra y David se vatían en duelo. Tenía muchas ganas de llorar pero intentaba no hacerlo.
Una mano se posó sobre mi hombro de repente. Me giré y vi a Ally observándome atentamente.
-¿Qué te pasa?- me preguntó una Ally muy preocupada.
-Ya sabes lo que me pasa- contesté.
-Te quiere y lo sabes.
-¿Y entonces por qué no me llama?
-Hazlo tú. No esperes a que los demás tengan que hacerlo todo, Evie.
-Ally, todo esto viene por una llamada. Una simple llamada. ¿Por qué no podía cogerle el móvil? Algo me está ocultando.
-Preguntaselo.
-Lo hice y me gritó. Odio que me griten.
En ese momento todas las demás chicas se habían acercado a nosotras. Yo no me encontraba mejor pero intenté disimularlo. Las miré con una falsa sonrisa.
Esperamos a que finalizara el programa para irnos al hotel a descansar. Cuando llegué a mi cuantro junto con Ally, observé que en mi cama se posaba un gran ramo de rosas.
-Se habrán equivocado de cama- dije yo. Ally se acercó a mirar la tarjeta.
-Yo creo que no.
Observé la tarjeta y abrí muchísimo los ojos al ver un nombre escrito.
Justin Bieber me había enviado unas flores. Unas rosas rojas. Tendría que estar feliz pero no podía. Mi ídolo me había enviado rosas y no hacía más que pensar en él. En Harry. Y eso me deprimía. Ally leía la tarjeta en voz alta mientras que yo intentaba dejar mi mente en blanco inútilmente.
‘’ Para una gran belieber. Me ha encantado vuestra actuación. Tenéis un futuro muy prometedor. ‘’
Justin Bieber.
Ally se puso a chillar como una loca mientras que saltaba agarrándome de los brazos. Canturreaba ‘’Baby’’ mientras se reía como una loca. Ella estaba mucho más feliz que yo a pesar de que las flores me las mandara a mí. Cuando se paró a observarme habló por fin.
-Evelyn, o hablas tú con Harry o lo haré yo pero esto no va a seguir así. No puede seguir así.
-Hablaré con él mañana. Hoy estoy reventada. Me voy a dormir ya.
-Está bien. Yo voy a comentarles a las chicas esta super noticia- saltó de nuevo. – Tía, no todos los días tu ídolo te manda flores. Deberías estar aun más contenta que yo.
-Yo estoy contenta pero…
-Harry. Ay, como no arregléis las cosas le voy a cortar sus rulitos y a ti te voy a cortar esa melena. Quedaréis super monos los dos.
-Ni se te ocurra tocarme el pelo ¡eh!- protesté yo con un ápice de sonrisa.
-¡Por fin muestras algo de tu sonrisa!- gritó Ally. – Bueno te dejo descansar. Voy con las chicas.
-Buenas noches British Girl- le grité mientras desaparecía por la puerta.
Ally era una gran amiga. Una de las mejores pero ni eso podía alegrarme. Pensé en lo que estaría haciendo en ese momento Harry. Y con ese pensamiento me quedé dormida.
(Narra Harry)
Volver a mi antigua vida no fue fácil. Desde el primer momento que había pisado Londres había echado de menos a Evelyn. No podía dejar de pensar en ella. Habían echo una actuación brillante. Sabía que a ella le encantaba Justin Bieber. Que era una de sus mayores fans y por eso lo llamé pidiéndole expresamente que mirara el programa. En la primera actuación, cuando solo actuaron ellas, Evie estaba feliz pero en la actuación con todos sus compañeros no estaba tan feliz como los demás. A lo mejor era parte de su personaje ya que hacían de zombies pero no lo creía.
Yo aún seguía algo molesto con ella pero me alegré de que continuaran en el programa. Los chicos estaban muy felices tanto que decidieron que de inmediato se les llevara un ramo de rosas. Liam tenía la tarjeta con el número de una de las floristerías más cercanas al hotel de las chicas porque con un solo aviso fue suficiente. A los 20 minutos los chicos estaban recibiendo llamadas de sus novias. Todos menos yo. Me sentía culpable y a la vez no. Todo lo que pasaba ahora por mi mente era muy confuso. Los demás chicos sonreían mentras hablaban con ellas yo sin embargo estaba al borde del llanto.
Me largué a mi habitación una vez terminado el programa y empecé a leer una revista. Louis entró por la puerta minutos después.
-¿Por qué no la llamas?- me perguntó. Yo lo ignoré por completo.- Tío, esto te está  afectando. Lleváis días sin hablaros y ni siquiera os despedisteis. Tenéis que arreglarlo.
-¿Y si esto es lo que me depara el fututo? A lo mejor no estamos echos para estar juntos.
-Sois tal para cual. No trates de negar las cosas y arréglalo con ella. No tiene sentido que discutáis por Stacy. Vamos, tío, creí que Evie te importaba más que los líos que hubieras tenido.
-Me importa mucho más que eso, Louis. Lo sabes tan bien como yo.
-¿Entonces? ¿A qué esperas para arreglarlo con ella?
-Lo haré. Lo haré mañana. Hoy estoy demasiado cansado.
-No. Llámala ¡ya!- me pasó m móvil de la mesilla. -¡Hazlo!- me chilló con voz de chica.
Louis a veces podía ser muy cansino. Hice lo que me decía. La llamé. Un pitido. Dos… y me cogió.
(Llamada telefónica)
Evie: ¿Diga?(con voz de dormida)
Yo: Soy yo. – siempre decía eso y siempre hacía que sonriera, lo notaba aunque no lo viera.
Evie: ¿Qué quieres?
Yo: Perdirte disculpas.
Evie: ¿Por qué?
Yo: He sido muy duro contigo por una tontería. No tenía por qué haberme enfadado contigo por que cogieras mi móvil. Eres mi novia y no tenía derecho a enfadarme por lo que hiciste. Lo siento, enserio.
Evie: Yo también lo siento. Soy una cría.
Yo: Te quiero.
Evie: Yo mucho más.
Yo: No, yo más.
Evie: Mentiroso.
Yo: Sabes que no.
Evie: Siento no haberme despedido de ti.
Yo: No importa. Bueno te dejo dormir.
Evie: ¿Cómo sabías que estaba durmiendo?
Yo: He dormido contigo. Sé como es tu voz de dormida.
Evie: ¿A sí? ¿Y cómo es?
Yo: Se parece a la de un camionero.
Evie: Tienes razón. – rió y me hizo sonreír a mí también-En fin, te quiero un mundo entero.
Yo: Yo siempre más que tú.
(Fin de la llamada)
Antes de que protestara colgué. Mi sonrisa no hizo más que aumentar minuto tras minuto pensando en Evie. Al final me quedé yo también dormido. 

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