(Narra Rebeca)
Estábamos ya en el tercer cuarto del partido. Yo me
encargaba de cubrir a Ally pero como casi nunca se movía mucho ayudaba a mis
compañeros a placar a otros. En un momento dado a Ed se le ocurrió pasarme el
balón y escapé con él hacia la canasta. Al principio pensé que nadie me
perseguía pero de pronto apareció Louis de la nada. Intentó quitarme el balón y
entonces yo para evitarlo me paré y cogí el balón de modo que se la iba a pasar
a Evie que me la estaba pidiendo pero no pude. Louis agarró el balón que yo
tenía sujeto y empezó una pelea por él. Yo quise seguirle el juego más que nada
porque odiaba que se saltara las normas. No se podía sacar el balón de las
manos y sin embargo él lo estaba intentando por lo que tiré más fuerte del
balón. Vino el árbitro a separarnos pero ni él pudo conseguir hacer que nos
soltáramos de el balón. Los chicos también se acercaron pero solo consiguieron
que los dos nos fuéramos al suelo aun sujetos al balón.
-Ey, Bec, basta- me dijo Evie mientras intentaba separarme
de Louis. Por supuesto no lo consiguió.
-Vamos, Lou, eso no se puede hacer- le advirtió Harry pero
Louis lo ignoró. Entonces como vi que estábamos deteniendo demasiado el partido
y la grada empezaba a chillar me solté del balón.
-Por fin- murmuró Laia.
-Sacáis vosotros- dijo el árbitro refiriéndose a nosotros.
Evie cogió el balón y se dedicó a pasárselo a Cher que se
fue justo hacia la canasta donde no dudó en tirar y marcar. Todos los del
equipo aplaudimos.
Al finalizar la tercera parte todos nos fuimos a cambiar al
vestuario. En mi camino hacia allí fui detenida por alguien.
-Siento lo de antes- me dijo Louis algo arrepentido.
-Da igual- le dije intentando evitar su mirada y
escabullirme de él para ir al vestuario.
-No da igual. Hice algo que no estaba permitido- dijo.
-Todos hacemos cosas así. No te preocupes- le dije y me
retiré de allí antes de que por un descuido le mirara a la cara porque si eso
pasaba mis ojos no se apartarían nunca de los suyos.
(Narra Ally)
El último cuarto fue el más entretenido para todo el mundo.
Tanto Evie como Rebeca no paraban de corretear por el campo pidiendo el balón
mientras que los demás de su equipo se encargaban de tirar a canasta. En
nuestro equipo las cosas estaban más igualadas. Todos hacíamos lo primero que
se nos pasaba por la cabeza, yo de primera. Íbamos perdiendo por mucho con el
otro equipo y no conseguimos remontar en los últimos minutos dando la victoria
por definida.
Cuando el árbitro señaló el final del partido todas las
personas nos felicitamos unas a otras. Luego se me ocurrió la genial idea de
decirles a las chicas que fuéramos con los fans de las gradas más que nada
porque así también los haríamos felices.
-Ey, Laia ¿qué tal si les decimos a nuestros fans si quieren
bajar a que les firmemos algo? – pregunté.
-Oh, me parece una buena idea- me gritó Evie que enseguida
se dirigió a hablar con el guardia de seguridad.
Rebeca se dirigió a los periodistas que por ahí andaban y
pidió un micrófono.
-Gente, quien quiera un autógrafo o una foto con las Dreamer
Girls que baje al campo- gritó entonces.
Enseguida varias personas comenzaron a bajar de las gradas.
Solo quedábamos nosotras por entrar a cambiarnos pero nos dio igual. Estaba en
medio de una foto con unas fans cuando Niall salió por las escaleras de su
vestuario y me dirigió una mirada.
-Gracias, Ally- me dijeron las chicas.
-De nada- señalé mientras que miraba como Niall se acercaba
a mí.
-¡Qué buena idea has tenido!- me dijo sonriendo.
-Ah, ya. Me parecía lo justo después de que vinieran para
vernos jugar y eso- le dije también sonriendo. Con él era imposible no evitar
una sonrisa.
-¿Qué tal si después de que te cambies y eso vamos a cenar
por ahí?- me preguntó de carrerilla algo que me dejó muy anonada.
No sabía que contestar puesto que estaba la conversación que
Laia y yo habíamos mantenido. Sabía que tenía que alejarme de él pero
simplemente no podía. No podía negar que aún sentía cosas por Niall.
-¿Solos?- le pregunté sonriendo.
-Sí- dijo sin mirarme.
-Claro, ¿por qué no? – me miró esta vez con sus ojos azules.
– Espera que me cambie y nos vamos.
Y así mismo me fui al vestuario sin decirle nada a las
chicas aunque sabía que me ganaría una buena bronca luego.
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