(Narra Evie)
Sky y yo llegamos a casa alrededor de las 2 de la mañana. La
verdad es que no había sido mi mejor noche, eso desde luego porque después de
las preguntitas que las amigas de mi hermana se dedicaron a preguntar empezaron
a tararear las tres juntas canciones de Taylor Swift, cosa que no me hizo
ninguna gracia y, aunque mi hermana les mandó varias veces que se callaran
ellas continuaban riéndose y tarareando. Era normal, ya que no tenían ni idea
de lo que hubo entre Harry y yo por eso no me enfadé ni nada. Solo trataba de
ignorar las contestaciones de éste cuando ellas le preguntaron por su novia.
Cuando toqué mi cama inmediatamente caí rendida ante Morfeo.
…
Me levanté tarde por primera vez en mucho tiempo. Miré por
la ventana y hacía un típico día de invierno. Entonces recordé que quedaba poco
para que fuera Navidad. Era el día indicado para ir a comprar los regalos.
Llamé a Ally y a Rebeca ya que como estaban aquí aprovecharía cualquier momento
por estar con ellas. Quedamos en un sitio donde a ellas les venía bien y
allí nos reunimos. Fuimos las tres de
compras por las calles más visitadas de la ciudad. Les enseñé un poco por donde
solía frecuecuentar. Compramos muchos regalos. Cada una para su familia además
de para nuestros amigos. Yo le había comprado algo a los chicos, a cada uno de
ellos y también a las chicas sin que ellas se dieran cuenta. Luego me
encargaría de dárselos a ellas para que los repartieran el día de navidad ya
que yo no estaría en Londres para disfrutarlo con ellas. Lo malo, para las
chicas es que tenían que estar en Londres y no podían ir a ver a sus familias
aunque ahora que habían dimitido no sabía bien como iban a hacer pero en
principio no me habían comentado nada de nuevos planes.
Cuando paramos para comer, Ally recibió una llamada de Niall
y quedamos con los chicos para ir juntos a comer. La verdad ya estaba mucho
mejor por lo de Harry. Ya había aceptado su nueva relación y me convencí a mí
misma de que eso sería bueno para mí ya que así lo podría olvidar mucho más
rápido.
-¿Y cuando os vais?- les pregunté un vez que estuvimos todos
sentado en una mesa.
-¿Ya nos echas?- me preguntó Louis con su tono
característico de ironía. Tampoco me había olvidado de que el mismo día de
Nochebuena era su cumpleaños por eso le había comprado varias cosillas más que
al resto.
-¡Qué va! Es solo curiosidad…
-Pues mañana nos vamos…- dijo Ally no muy feliz.
-Bueno, no pasa nada. Nos veremos pronto ¿no?- dijo Niall
intentando animarla.
-¡Claro!- grité forzando una sonrisa. No sabía si nos
veríamos tan pronto como yo quería.
(Mientras tanto en
Londres….) (Narra Laia)
Fly y yo habíamos ido a comunicarle a Steven nuestra
renuncia y después de una larga discusión nos fuimos sin ya nada más que hacer.
Nos habíamos quedado sin representante pero por lo menos ahora estábamos libres
pudiendo hacer lo que quisiéramos.
Nos sentamos en una cafetería a tomar algo y cuando
finalizamos yo me dirigí a casa de mi novio. Al llegar a su portal me encontré
con una imagen no muy bonita. Pet estaba casi besándose con una chica alta y
delgada de pelo negro. Sin decir ni una palabra, me escondí entre los bancos
del fondo de la calle a observar la escena. Quería comprobar con mis propios
ojos lo que mi supuesto novio sería capaz de hacer. Y fue capaz de besarla,
cosa que hizo que inmediatamente me enfureciera. Pero logré contener esa furia
para observar como la chica, que parecía una modelo, se alejaba de la casa de
Peter. Aun así sentía rabia de la infidelidad pero no de que él estuviera con
otra. Cuando éste cerró la puerta de su portal yo corrí hacia allí. Timbré y me
abrió. Subí las escaleras repasando lo que le iba a decir de una manera
coherente. Él ya me esperaba en su casa con su típica sonrisa. Pero no, esta
vez a mí no me iba a engañar.
-¿Cuánto tiempo llevas poniéndome los cuernos?- le pregunté
directamente sin ni siquiera pasar dentro.
-¿Perdón?- me dijo como respuesta y aún encima haciéndose el
sorprendido.
-¿Es necesario que te repita la pregunta?- le dije de malas
maneras.- Te creerás que soy tonta pero no, cariño. No lo soy.
-Y tú qué ¿eh? ¿Te crees que no me he dado cuenta de como os
mirabais Liam Payne y tú el otro día en la fiesta de Evie? ¿O de cómo te miraba
él a ti en el aeropuerto cuando nos despedimos de Evie? Yo tampoco soy tonto.
-¿Pero de qué hablas? – le dije entonces yo. Estaba poniendo
esa escusa solo para ir de víctima.
-Mira, está claro Laia, que desde que ese tipo ha vuelto ha
aparecer nuestra relación no es la misma. Y por eso mismo, me busqué a otra.
-¿Y por qué coño no cortaste conmigo antes?- le dije ahora
sí, muy enfadada.
-Publicidad. Tú me das más fama- me contestó como algo
evidente. Más imbécil no me pudo demostrar que era.
-¿Sabes qué? Que me das asco. ¿Cómo puedes jugar con alguien
solo por fama? ¿Te crees que soy de piedra? Eres un imbécil. Te odio- le grité.
Le pegué una bofetada en la cara y me marché corriendo de allí. Y lo peor de
todo es que me había echo llorar.
A mitad de camino choqué con alguien. Alguien que me conocía
y que me preguntó que me pasaba para estar de ese modo. Liam.
-¿Qué te pasa Laia?- me preguntó. Yo no hice más que pararme
y agachar la cabeza. – Ei, Laia. ¿Por qué lloras? – me acarició la cara. Yo
suspiré entre sollozos pero no dije nada. Solo lo abracé y descargué todo lo
que llevaba por dentro. Paré a lo largo de varios minutos. -¿Te parece ir a
tomar algo y contarme el porqué de tus lágrimas?- me preguntó entonces. Yo
afirmé lentamente con la cabeza.
Entramos en una pequeña cafetería y nos sentamos en la mesa
más alejada que pudimos encontrar. Cuando estuvimos servidos le conté lo que
había pasado entre Pet y yo y cuando acabé el habló.
-¿Cómo alguien puede ser tan ambicioso?- preguntó
retóricamente. – Ese tío es un estúpido y no porque te haya puesto los cuernos
aunque eso es de ser un asqueroso total pero ¿sabes? Él no sabe lo que se está
perdiendo- lo miré con cara interrogante ya que no lo comprendía.- Está
perdiendo a la chica más maravillosa del mundo- y sí, aunque sonara cursi hizo
que mostrara una sonrisa y solo porque él era el emisor de aquellas palabras.
(Narra Fly)
Cuando Laia se fue a buscar a Pet, yo inmediatamente me
dirigí hacia casa. No tenía muchas ganas de andar por la calle así que corrí lo
más que pude. Llegué a casa sudando por la carrerita que me había echado. Lo
primero que hice fue quitarme los tenis y echarme en el sofá para luego
encender la tele. Estuve haciendo zapping durante un buen tiempo hasta que sonó
el timbre. Inmediatamente fui a abrir sin ver siquiera quien me llamaba. Me
llevé una gran sorpresa al ver a Zayn.
-¿Zayn?- le pregunté.
-El mismo- me dijo riendo. - ¿Puedo pasar?- me preguntó.
-Claro- le dije algo dudosa.
Pasamos hacia el salón donde lo ofrecí una cocacola y los
dos nos sentamos.
-¿Y bien? ¿A qué debo tu visita?- le pregunté.
-Pues verás venía a hacerte una propuesta.
-Tú dirás.
-Como ya no tenéis representante, he hablado con el nuestro
y verás os ha encontrado a varios representantes que les gustaría trabajar para
vosotras.
-¿Enserio?
-Sí. Me ha dicho que mañana os paséis tú y Laia, ya que
estáis aquí, por su oficina.
-Oh, vale- le dije. La verdad es que me había sorprendido.
-Bueno, eso era todo- dijo levantándose y dirigiéndose hacia
la salida. Fui detrás.
-Muchas gracias, Zayn- le di un abrazo. El primer contacto
que tenía con él en mucho tiempo. Hizo que se me erizara la piel.
-De nada.
Ya se iba cuando le paré para preguntarle algo que me dejaba
intrigada.
-¿Por qué nos estás ayudando cuando os hicimos tanto daño?-
le pregunté. Él sonrió a pesar de mi pregunta.
-Porque yo no soy rencoroso y porque me importas- me sonrojé
notablemente, cosa que no pasaba desde hace mucho tiempo porque ningún chico
provocaba lo que Zayn lograba hacer. Él se dio cuenta de lo que había dicho y
trató de arreglarlo-bueno todas me importáis- continuó. Y sin más que decir, se
fue dejándome a mí con mis sentimientos más confundidos que nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario